Todo es colateral. En el mismo momento que la estupidez, la alevosía hace acto de presencia, todo es inundable, maquiavélico, vulgar; instinto, regazo...materia....
Todo es verosímil. Viene porque así se espera.
Todo. Un tratado adúltero de posibilidades, queda como resultado la raiz cuadrada del daño, proporcional a la idea que trastorna este pobre cerebro desmedido.
Casi todo. Es plausible, una idea generalizada, ante la evidencia de que jamás uno es uno mismo, con la alquimia de estar seguro, que ninguno vuelve a ser el que era, sin más esfuerzo que ser como debería ser....
Todo es reversible o irreversible,
pero no todo es perdonable, ni si quiera un trozo de pan duro disuelto en el mediodía.
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