miércoles, 9 de mayo de 2012

Numb

Arrojé el viento por mi boca.Ese viento  tempestuoso, que se evapora.
Estrellas diurnas sobre mi almohada....blancas  y uniformes queriendo cabalgar sobre la dicha.
Arrojé un crepúsculo. Un oceano de sal  de lluvia pálida sobre mi misma.
Atravesé laberintos sin leyendas, atisbos de amaneceres sin escarcha.
Me arremoliné como la niebla. En tus átomos de abrazos, de cuerpos sin rendijas, de vapores
sin agua, de flores sin labios donde acariciar.
Y pensé...
mi silencio es la madera carcomida de la sensatez donde sueña el niño que todo lo quiere....

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