Se va como la vida....como la marea.
Crepúsculo insconsciente de la aurora,
vástago inconcruente de la sal.
Se va sin decir cuándo ni dónde atravesar
la puerta de la propia negación.
Este laberinto se va. Se despide dentro de mí
y al final la danza queda en mi silencio,
mirándome a los ojos,
disecciona mi lado trasversal de mí misma,
y encuentra un precio donde marcar.
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