Me despertó la voz.
No sabría decir cual de ellas.
Al mirar atentamente el despertar de una mariposa
levantando las alas de un rostro.
Estoy creciendo ante el navío de mis pupilas.
El eco. El paso. La marea.
Todo es trascendental.
Pero detrás de esa hoja me escondo, solo hay
que ojear la flor de mi propio silencio,
y encontrarás los párrafos que saben a mí.
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