miércoles, 29 de febrero de 2012

PRISIONERA

Prisionera. No hay más que verme cada día cuando cierro el tomo de la noche. Me  siento aprisionada. Aprisionada por este orgullo malnacido, que me rodea y me ahoga. Por este vacío de imágenes que huelen mi malestar.
Prisionera. De mis propios temores, de mi propio ocaso de la razón de mi única existencia. 
Soy cobarde, cobarde de mi propio sentir, que me empuja a hacer lo inverosímil. Pero en la mañana mis manos no se esclavizan y corren a buscar la libertad que la noche le arrebata. La noche es el crepúsculo de la vida y la batalla de los sueños imposibles, de los deseos insatisfechos, y de la ilusiones dormidas,....


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