domingo, 19 de febrero de 2012

Bufón

Navegando por este mar llamado de la risa y de la inconsciencia, encontré, una balada que le vino bien acierto bufón, que cansada de inventar historias para no dormir, prefirió descubrir nuevas leyendas, nuevos romances, y descubrió una pieza que pudiera compartir, su bello cantar.
Y templando las cuerdas de su laud, con los malabares de su prosaico saber, entonó estas notas...


 Entre árboles de inconsciencia
robustos como sueños incumplidos,
bailaba aquel bufón al son de nuestras disputas.

Nunca quiso abandonar su baile,

y reía, jugaba con sus cascabeles cada vez
que huía una de nuestras lágrimas,
o esas veces, muchas y muy tristes,
que una sola voz podía alcanzar tanto espacio…

El bufón subía a veces a las copas de esos árboles,
y desde allí contemplaba un desierto
de alcohol y semillas infectas.
Crecía, los años también pasaban para él,
y un día dejó de reír.

Los cascabeles volaron cual águila emprendedor,
al tiempo que él caía desde las ramas;
para aterrizar entre las semillas
que nunca vio germinar.

Se veía tan solo sin sus risas y su baile…

Una lágrima cayó al suelo.
Surgió una brizna de hierba.
Suficiente, para tener algo que mirar.

Qué feliz se sintió al contemplar ese color,
esa vida, esa belleza minúscula.

Ya no era bufón, ni niño;
pero no por ello iba a dejar de impresionarse
por esos pequeños milagros
que le esperaban entre lágrimas
y sonrisas.


 Danza..danza...oculta tu bello dolor, máscara de placer o de vida, solo tú eres capaz de lanzar sonrisas cuando la lágrima entona tu paladar. Qué eres un payaso sin gloria o un director  sin orquesta, un gnomo de fantasía, o simplemente un pobre infeliz de la burla y la picaresca,,,

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