Lluvia.
En agosto.
Cae.
La selva de la opacidad.
Duele
el silencio de una flor.
Viene volátil a una pestaña sin ojos.
Se pierde.
Desnuda.
Abre la tierra.
¿No ves? Es la huella de mis pasos atravesando
zapatos en el aire.
Lluvia....racimo en flor.
Se me escapó y decidió dejar de aullar ante la luna.
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