Te cuento, no temas.
Te cuento una preciosa voz de medianoche.
Blanca, oscura, neutra.
Mirada de perlas escondidas.
De atardecere soñados,
ímpetus dormidos.
Te cuento lo que nunca dije,
aquello que duerme en mis días y en mis noches.
Aquello que velo amando lo que escondo.
Te cuento,
susurros de lechos ensangrentados por el tedio,
por el amor y el fausto de las horas muertas.
Te sigo contando ecos diurnos o licores sabrosos,
sabores dulces con gargantas brillantes,
mares en calma y luces nocturnas.
Te cuento,
sigue soñando que ya llego
y despierto los cuentos que nunca te dije.
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