Las voces me hablan. No son espejismos de la mente. La gente cree que es una locura oir voces. Pero todos oimos voces en nuestro interior. Hablamos?
yo, me, conmigo...
Contestaciones irrisorias de nuestra propia ineficacia para torear. Y las oímos al acostarnos, al levantarnos, al comer....cuando fornicamos con nuestro yo interior. Ese, que a veces cabalga en nuestras caderas , cuando se traga la coherencia, la lucidez que nos enseñan a aplaudir. Voces, estoy harta de mis propias voces....una vuelta de tuerca que irrumpe en mi camino y me desvia hacia el acantilado de mi cerebro.
¿Qué es una voz? cuál es tu voz....
qué quieres que le ponga de comer...
Pídele un beso sabroso de la propia perplejidad....o gástala en billetes falsos de la propia mendicidad. No esta mal, pedir un deseo a tu propia codicia.
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