Silenciaba el pequeño detalle de una nota en el capítulo sin libro.
Silenciaba, el áspero cantar de quien no tiene una brizna de viento.
Porque el aire agitado se llevo la musa.
No se donde encontrarla.
Estoy en ese momento en que puede que necesite unos ojos mas aterciopelados
para decir mi propia luz. O a lo mejor estoy seca de palabras que antes agujereaban mi cabeza sin un motor que le pusiera orden,
Siento el orden sin concierto de una altavoz en mis propias letras.
El cincel se ha vuelto opaco de tantos golpes.
Ya no escribe ni siquiera un adios que no es un comienzo.
Ni el final.
Flotaba en un estado anterior a la carcoma,
la carcoma que mata los recuerdos y teje otra piel, que me seduce más.
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