martes, 24 de junio de 2014

CENIZAS


Y dejaste tu rastro en una letra casi escondida. Letra sola. Perdida. En el agua.
En la niebla. A veces, un mar, otras un sueño en los labios, como ese cuerpo, no se ve
en sueños.
Tus pasos, su marca leve. Pura noche. Puro reflejo extinguido. Árboles que palpitan, pidiendo tiempo, sangrando sombra.
Tus manos, tus huellas, tu sola presencia en mi conciencia que no se diluye, que no se contonea..., que no se apague. Aceras, corriente en un solo latido.
Soledad. ¿Cómo has venido a llenar todo mi espacio? Ríes. No sabes bien lo que ha sido este puente sin murallas.
La copa del cristal servida con descaro, cuando enmudecer a mi propia cosecha, entonces es cuando te despacho, pero tú arrecias. Arrecias, soledad. Tiembla el aire. No podrás tejer olvido. Ni espuma... Ni mares, ni tiempo, ni espacio, ni ninguna encuesta con precios al valor de quererte...
Estoy de pie. De veras. Si siempre he andado así, sin sombrero. Con el abrigo de mi propio ser. Con la batalla por el carmín de los labios con sabor a resquemor de una idolatría.
Con el furor de vivir así... Vivir a cada minuto y decirme a qué vivir...
Pájaros de la noche, venid. La cortesía de alguien que vino cantando. Habrá un soplo. Habrá una voz. Habrá momentos que sólo se tejen en las evidencias.
Sólo quedó de tus pasos, un incendio. Una ceniza que el viento dispersará.
Pura tiza. Puro azar.

Autoras:Isabel Rezmo
Adela Leonor Carabelli
Derechos reservados

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