miércoles, 13 de noviembre de 2013

PRONUNCIARTE Y DEJARME

PRONUNCIARTE
No...no quiero pronunciarte,
desnudarte, abrocharte la desnudez de un tacto.
No ....imposible saber que estas en un fondo de pantalla,
en un dibujo de la mente,
en una dispositiva de carrete.
Es imposible volver a a quedarme al abrigo de una necesidad
que no existe bajo los tomos de una lámpara.
Es impensable rebobinar en la angosta superficie de mi pasado
y saborear el limón cítrico que desborda un semblante.
Ay...Quién pudiera no hablarte.
Ahora mismo no sé,
no sé qué decir sin saber que apalabrar;
acallarte, no,
imposible,
no lo ves,
desnudarte, abrocharte, encerrarte,
doblegarte.
Ay.....Quién pudiera utilizar un concepto
para trazar un río entre mi cabeza
y las horas que paso tratando de olvidarte.
 
Y DEJARME.
Dejarme,...
es un deseo...
Lo imploro.
Dejar un reloj de manecillas oxidadas.
Matar las termitas en la
mesa de un zaguán.
Dejar una rosa en la entrepierna.
Dejarme. Dejar. Romper.
Unos labios como cruce de caminos
entre la ventana y una esquina.
Solo el último pétalo del
polén de una abeja,
lo resalta: Dejame.
 
Ni pronunciarte, solo dejarme.

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