martes, 6 de enero de 2015

CARBÓN

Esta noche brindo por el carbón que se resiente en los pasillos,
en el tiznajo de la entreplantas.
entre los eslabones de cada peldaño.
Mi cara no es un remolino
salvaje de corceles.
Es un pasillo ataviado de sudores
de teléfonos sonando en la mesilla.
Si atravieso la puerta
me encuentro con un cuerpo desnudo en las baldosas.
Si enciendo la copa del Lambrusco,
mi sangre circula entre las líneas del telegrama.
Y reconozco la mordedura de los vikingos.
Una sola letra escribiré esta noche
y será la esquela de mi retiro.
Al final ¿te morirás en los sorbos?
Me ocuparé de bostezar cuando pronuncie tu nombre.
Doblegar las raíces cuadradas del cubierto.
Y la filosofía será un repaso de álgebra
en las cuatro esquinas de mi cama.
Juzga el pasillo.
Y me lanzaré al río donde procrear células
que revienten los oídos.
Esta noche quiero carbón, donde retozar
las margaritas para los cerdos, y los suburbios
blanquecinos.



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