Es difícil ser poeta hoy. Difícil por toda la parafernalia
que rodea el mundo editorial y literario. Difícil por el papel que nosotros
mismos adoptamos frente a los demás compañeros del gremio. Difícil si nuestra actividad no se dedica
exclusivamente a la literatura en todas
sus vertientes. Te ayuda a ser objetivo, ahondar en su complejidad, en su
vulnerabilidad y en su grandeza. Permite dotar a la poesía de algo que en
ocasiones se echa en falta: CARNE y VITALIDAD.
Mario Z Puglisi (Guadalajara, Jalisco, México 1980) lo hace.
Convertir las letras en seres vivos, en carne que abrasa la piel. Imágenes que tocan el cuerpo, la mente y el
mismo verso. Ya no se trata de unir al lector, de trasmitir, de sentir o de
amar. Hacer vivo el verso es un reto, algo mucho más arriesgado, como es
vestirte de él y convertirte en el sentimiento que encierra. Para eso el lector
debe dejarse seducir por el poeta. A
través de sus ojos va desgranando en sorbos donde beber, donde digerir aquello que se trasmite.
Los versos de Mario
Z. Puglisi abren a un mundo que el lector debe enfrentarse. Como si se tratara
de uno mismo, proyecta a la persona como
si la propia conciencia fuera enumerando la virtud o el defecto en perfecta
conexión. Un goteo incesante surge de su poesía: goteo de emociones, de
principios, de evidencias, de certezas que descolocan y sumerge en profundidad
frente al texto:
Descansa aquí,
sobre de mí el impulso de tocarlo todo,
de saciarme de
volutas las vocales cuerdas,
de llenarme de lagos confundidos entre rocas,
de sentir lo inaccesible, golpe a golpe de la gota forastera,
de acceder en los
mares como lo hacen las gaviotas curvas y oxidadas;
es el sólo
impulso de llevarse al olvido un puño de tierra,
de tocar desnudos la ausencia de amor de nuestros padres,
de aceptarlo todo, en
silencio, cada vez que nos habita el desconsuelo.
Algo en mí se sabe tan pequeño, tan
finito
tan
geométrico, sinódico y urgido de saltar
abismos.
Algo en mí me duele, algo que me cubre todo
y al tornar me dice al verme: nadie.
Sus versos son sonidos, potentes y sonoros....a veces
huecos, o vacíos, poblados de tristeza, sin embargo convierte el caos y la
tristeza en algo bello, como una línea
divisoria perfectamente ensamblada dentro de ese núcleo matriz de nuestro
cerebro.
El poeta no solo nace se hace. En el caso de Mario Z Puglisi,
está constatado y así lo refleja su biografía.
Antes de ser escritor fue el lector hábil que se introduce en el mundo del libro para descubrir sus secretos. Para escribir hay que devorar libros, digerir el vocabulario, disgregar la metáfora. El médico debe saber diseccionar el tejido para saber que va encontrarse. El poeta no solo conoce, vive, siente, muere o vibra....El poeta debe ser consumidor de versos, de epígrafes, de reseñas, de espíritu, de literatura, filosofía, cuento, novela, etc. Profesionalizarse como hace poco un escritor me apuntó. Así conseguirás ser un buen escritor, no solo un escritor bueno. El aire que el poema respira es el aire de nuestros pulmones, nosotros abrimos la cajita de los sueños y lo convertimos en vida:
Antes de ser escritor fue el lector hábil que se introduce en el mundo del libro para descubrir sus secretos. Para escribir hay que devorar libros, digerir el vocabulario, disgregar la metáfora. El médico debe saber diseccionar el tejido para saber que va encontrarse. El poeta no solo conoce, vive, siente, muere o vibra....El poeta debe ser consumidor de versos, de epígrafes, de reseñas, de espíritu, de literatura, filosofía, cuento, novela, etc. Profesionalizarse como hace poco un escritor me apuntó. Así conseguirás ser un buen escritor, no solo un escritor bueno. El aire que el poema respira es el aire de nuestros pulmones, nosotros abrimos la cajita de los sueños y lo convertimos en vida:
Fui poeta antes que ser
humano.
Verás,
porque al salir a mi balcón
una vida brillante y azul me
miraba con empeño,
y un país celoso de sus
muertos me encontraba en cada esquina.
Cuando nací
mi madre me arrojó a la
tierra,
me alimentó con su pasado y
el pasado de un extraño
dejándome horas al cuidado
de una tierra de ancianos;
yo aprendí de ellos a mover
las manos,
a masticar sin dientes,
a olvidar las necedades que mis padres
me dictaban
aprehendí también las
instrucciones
a no seguirlas de noche
a causar preocupaciones en mis hijos.
Y era un niño delicado y
enfermizo
la celadora de mi escuela no
entendía mis argumentos
era tan sólo el nivel
inicial,
(los párvulos decían en mi pueblo);
y un niño con cabeza de
monstruo fue mi compañero
renegaba siempre de sus
alimentos,
yo llevaba al colegio una
cajita
forrada de trementina
en la que había, ordenados
por nombres,
pequeñas bolsas baratas de
poesía.
–Qué iba yo a saber lo que poesía
era cuando aún sacaba gusanos rojos de la tierra.
Y luego mi maestra, regla en
mano,
métrica puntual sobre la
frente
y una frustración
imperdonable por no saber cómo educar a las crías de su vientre
que en el aula parecían figuras de cerámica
china,
me inquiría con su remoto
control,
me sacaba hacia el centro de
la calle
llenando de incoherencias el asfalto
y en el niño con cabeza de
gárgola los ojos estallaban
de risas vagas, de nada
en el disfrute del público
aciago
y entonces mi voz juglar de
miniatura al interior decía:
Con el resto
del mundo perezco
al apagarse la
estrella en mis inviernos
y dueño de
mudanzas canta
bardo que
apenas nace
hilo de
silbido que protege
de las moscas
de la infancia
y sus burlas
inmaculadas.
Mario Z Puglisi (Guadalajara, Jalisco, México 1980), poeta y
editor independiente.
Es fundador y director de la revista cultural
Meretrices.
Ha publicado y colaborado en decenas de revistas nacionales
e internacionales.
Ganó el primer lugar en el Encuentro Nacional de Escritores
en la Ribera, Chapala: Puros Cuentos, en México; segundo premio de poesía del
Festival Internacional de Poesía de Puerto Rico y mención honorífica en el
certamen mundial de poesía erótica “Bendito sea tu Cuerpo” en Perú.
Incluido en las antologías: Mapa Poético de México: Del
Silencio hacia la Luz, Panorama de la Poesía Mexicana, Antología Mundial de
Poetas: Centinelas de la Tierra, Mil Poemas a Vallejo, entre muchas
otras.
Ha participado en los encuentros internacionales de
poetas
Encuentro Mundial de Escritores “Leoncio Bueno” (Lima,
Perú),
Encuentro Internacional de Poetas “José Vargas” (Bambamarca,
Perú),
Festival Internacional de Poesía de Puerto Rico (Puerto
Rico),
Festival Internacional de Poesía “Ileana Espinel”
(Guayaquil, Ecuador)
VII Encuentro de Poetas Latinos en Nueva York (New York,
EE.UU.),
Horas de Junio (Hermosillo, Son., México),
Encuentro Internacional de Escritores en Salvatierra
(Salvatierra, Gto., México),
Festival Cultural Agustín Yáñez (Yahualica, Jal.,
México),
Encuentro Internacional de Poetas en Zamora (Zamora, Mich.
México),
Encuentro Literario Lunas de Octubre (Cabo San Lucas,
México),
Feria Internacional del Libro de Guadalajara FIL 2010 (GDL,
México),
Es autor de Dos Triunfos y un Poema de Amor (Ed.
La Cueva, México, 2008),
El Impulso de Tocarlo Todo (Ediciones El Viaje, México,
2009),
Capítulo Primero: Amanece Luz (El Taller del Poeta,
España, 2011),
Selvas
Mínimas (Latin Heritage Foundation, Washington, EE.UU).
Corresponsal en México de la revista Red Door NYC (New York,
EE. UU.), Coordinador del movimiento poético latinoamericano Plaza XXI en su
capítulo México
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