domingo, 20 de abril de 2014

Mario Z Puglisi: POESIA HECHA VIDA para la revista ORBIPOEMIA)



Es difícil ser poeta hoy. Difícil por toda la parafernalia que rodea el mundo editorial y literario. Difícil por el papel que nosotros mismos adoptamos frente a los demás compañeros del gremio.  Difícil si nuestra actividad no se dedica exclusivamente a la  literatura en todas sus vertientes. Te ayuda a ser objetivo, ahondar en su complejidad, en su vulnerabilidad y en su grandeza. Permite dotar a la poesía de algo que en ocasiones se echa en falta: CARNE  y VITALIDAD.

Mario Z Puglisi (Guadalajara, Jalisco, México 1980) lo hace. Convertir las letras en seres vivos, en carne que abrasa la piel.  Imágenes que tocan el cuerpo, la mente y el mismo verso. Ya no se trata de unir al lector, de trasmitir, de sentir o de amar. Hacer vivo el verso es un reto, algo mucho más arriesgado, como es vestirte de él y convertirte en el sentimiento que encierra. Para eso el lector debe dejarse seducir por el  poeta. A través de sus ojos  va desgranando  en sorbos donde beber, donde  digerir aquello que se trasmite.

Los  versos de Mario Z. Puglisi abren a un mundo que el lector debe enfrentarse. Como si se tratara de uno mismo,  proyecta a la persona como si la propia conciencia fuera enumerando la virtud o el defecto en perfecta conexión. Un goteo incesante surge de su poesía: goteo de emociones, de principios, de evidencias, de certezas que descolocan y sumerge en profundidad frente al texto:

Descansa aquí, sobre de mí   el impulso de tocarlo todo,

   de saciarme de volutas  las vocales cuerdas,

de llenarme de lagos confundidos  entre rocas,

de sentir lo inaccesible, golpe a golpe de la gota forastera,

 de acceder en los mares como lo hacen las gaviotas curvas y oxidadas;

      es el sólo impulso de llevarse   al olvido un puño de tierra,

de tocar desnudos la ausencia de amor de nuestros padres,

 de aceptarlo todo, en silencio, cada vez que nos habita el desconsuelo.



Algo en mí se sabe tan pequeño,   tan finito

       tan geométrico,  sinódico y urgido de saltar abismos.

Algo en mí me duele, algo que me cubre todo

                           y al tornar me dice al verme: nadie.



Sus versos son sonidos, potentes y sonoros....a veces huecos, o vacíos, poblados de tristeza, sin embargo convierte el caos y la tristeza en algo bello,  como una línea divisoria perfectamente ensamblada dentro de ese núcleo matriz de nuestro cerebro.

El poeta no solo nace se hace. En el caso de Mario Z Puglisi, está constatado y así lo refleja su biografía.  
Antes de ser escritor fue el lector hábil que se introduce en el mundo del libro para descubrir sus secretos. Para escribir hay que devorar libros, digerir el vocabulario, disgregar la metáfora.  El médico debe saber diseccionar el tejido para saber que va encontrarse. El poeta no solo conoce, vive, siente, muere o vibra....El poeta debe ser consumidor de versos, de epígrafes,  de reseñas, de espíritu, de literatura, filosofía, cuento, novela, etc. Profesionalizarse como hace poco un escritor me apuntó. Así conseguirás ser  un buen escritor, no solo un escritor bueno. El aire que el poema respira es el aire de nuestros pulmones,  nosotros abrimos la cajita de los sueños y lo convertimos en vida:



Fui poeta antes que ser humano.

Verás,

porque al salir a mi balcón

una vida brillante y azul me miraba con empeño,

y un país celoso de sus muertos me encontraba en cada esquina.

Cuando nací

mi madre me arrojó a la tierra,

me alimentó con su pasado y el pasado de un extraño

dejándome horas al cuidado de una tierra de ancianos;

yo aprendí de ellos a mover las manos,

                a masticar sin dientes,

                               a olvidar las necedades que mis padres me dictaban

aprehendí también las instrucciones

                a no seguirlas de noche

                               a causar preocupaciones en mis hijos.

Y era un niño delicado y enfermizo

la celadora de mi escuela no entendía mis argumentos

era tan sólo el nivel inicial,

  (los párvulos decían en mi pueblo);

y un niño con cabeza de monstruo fue mi compañero

renegaba siempre de sus alimentos,

yo llevaba al colegio una cajita

forrada de trementina

en la que había, ordenados por nombres,

pequeñas bolsas baratas de poesía.

             –Qué iba yo a saber lo que poesía era cuando aún sacaba gusanos rojos de la tierra.

Y luego mi maestra, regla en mano,

métrica puntual sobre la frente

y una frustración imperdonable por no saber cómo educar a las crías de su vientre

  que en el aula parecían figuras de cerámica china,

me inquiría con su remoto control,

me sacaba hacia el centro de la calle

 llenando de incoherencias el asfalto

y en el niño con cabeza de gárgola los ojos estallaban

de risas vagas, de nada

en el disfrute del público aciago

y entonces mi voz juglar de miniatura al interior decía:

Con el resto del mundo perezco

al apagarse la estrella en mis inviernos

y dueño de mudanzas canta

bardo que apenas nace

hilo de silbido que protege

de las moscas de la infancia

y sus burlas inmaculadas.









Mario Z Puglisi (Guadalajara, Jalisco, México 1980), poeta y editor independiente. 

Es fundador y director de la revista cultural Meretrices. 

Ha publicado y colaborado en decenas de revistas nacionales e internacionales. 

Ganó el primer lugar en el Encuentro Nacional de Escritores en la Ribera, Chapala: Puros Cuentos, en México; segundo premio de poesía del Festival Internacional de Poesía de Puerto Rico y mención honorífica en el certamen mundial de poesía erótica “Bendito sea tu Cuerpo” en Perú. 

Incluido en las antologías: Mapa Poético de México: Del Silencio hacia la Luz, Panorama de la Poesía Mexicana, Antología Mundial de Poetas: Centinelas de la Tierra, Mil Poemas a Vallejo, entre muchas otras. 

Ha participado en los encuentros internacionales de poetas 

Encuentro Mundial de Escritores “Leoncio Bueno” (Lima, Perú), 

Encuentro Internacional de Poetas “José Vargas” (Bambamarca, Perú), 

Festival Internacional de Poesía de Puerto Rico (Puerto Rico), 

Festival Internacional de Poesía “Ileana Espinel” (Guayaquil, Ecuador)

VII Encuentro de Poetas Latinos en Nueva York (New York, EE.UU.),

Festival Internacional de Poesía de la Habana (Cuba, 2012).  

Horas de Junio (Hermosillo, Son., México), 

Encuentro Internacional de Escritores en Salvatierra (Salvatierra, Gto., México), 

Festival Cultural Agustín Yáñez (Yahualica, Jal., México), 

Encuentro Internacional de Poetas en Zamora (Zamora, Mich. México), 

Encuentro Literario Lunas de Octubre (Cabo San Lucas, México), 

Feria Internacional del Libro de Guadalajara FIL 2010 (GDL, México), 

Es autor de Dos Triunfos y un Poema de Amor (Ed. La Cueva, México, 2008), 

El Impulso de Tocarlo Todo (Ediciones El Viaje, México, 2009), 

Capítulo Primero: Amanece Luz (El Taller del Poeta, España, 2011), 

Selvas Mínimas (Latin Heritage Foundation, Washington, EE.UU). 

Corresponsal en México de la revista Red Door NYC (New York, EE. UU.), Coordinador del movimiento poético latinoamericano Plaza XXI en su capítulo México




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