miércoles, 4 de septiembre de 2013

TU MANO SE FUE A LA NADA Y ME QUEDÓ EL FRÍO

Me he retirado de la batalla.
Juego a ser mortal en un olimpo sin dioses.
Y tu mano se fué a la nada, y me quedo el frío.
Agarrota mi semblante como la escarcha, sarteando los caminos
que abren en mis ojos.
Llagas dormidas.
Carecen de vida.
Creo que hoy se metió el frío en mis huesos.
Solo digo mentiras.
Olvidé encender la luz, 

veo el reflejo del cándil en mi solapa, 
en el rincón donde recordar las hojas de los árboles, 
¡cómo bailan para mi!
Digo retales de un libro.
Lo dejé en el epílogo intentado releer una estrofa con el paladar de mi ironía.
Y por fin te ví, silencio.
Ya puedo dormir.

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