domingo, 18 de noviembre de 2012

Hice un camino llamado a los infiernos, cuando creí que todas las huestes dormian, y en un soplido,devoraron toda mi existencia.
De la flor mas delicada de un jardín, perecieron todas las luciérnagas.
Dama durmió entre alfileres de nostalgias, de primaveras invernales que no sabian nada más que a la migraña que adormece los sueños y cierra los párpados.
Y despertó, sin nada,ni las migajas del moho de la desidia. Dios tendió una trampa a mi razón; observaba el camino con el dedo imperturbable de la memoria.
 Los suspiros   saben a poco. No tengo lengua, ni boca, ni sed, ni ansia. Oigo el teclado balbuceando excusas abiertas en crueles ventanucos del volcán de mi desamparo.
Y me retiro al silencio perpetuo. Hoy comprendí, que nunca habia sido tanto Dama como hoy lo soy....... 
Voy a dibujar un silencio tan eterno que las flores del mal serán como sal que odia los campos y los reduce a cenizas.




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