jueves, 2 de octubre de 2014

CLOSED


Cerrado en las acequias,
en los contornos, en los sigilos.
Cerrado inutilmente en las persianas.
Cerrando las piernas a la violación
de instigar tu nombre 
en el ápice de un crematorio,
 sin venas en la sangre.
Cerrando por deshaucio.
Por interés, por monotonía,
por deberte mas de cien palabras
 que saben botijo añejo,
a diario loco y prófugo de descaro.
Cerrando la vid.
El tinto no me seduce.
La locura es un angel en el filo de la mañana.
Luego, los mediodías saben a cosecha de noviembre,
y pasa la mal acentuada hora. La fatídica, la incomprensible.
No existe. Lo sabemos aun cuando creemos pasará de largo.

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