viernes, 7 de junio de 2013

ERA

 Era hermoso amarte.
Era un cielo sin moradas.
Era bello acariciar tu pelo sin mis manos.
Aparecía un velero en la memoria que me hacía sonreir.
Y nunca me cansaba de dar cuerda al reloj de mis impulsos.
Era.
 Simplemente un era que ya no es.
Latía mis sentimientos como mariposas que anhelaban tu compañía.
Me hacia poseer lo bello de las flores,
Mis flores.
Pero...
Era.
Ahora tengo un escondite sagrado con un Dios que me habla y me permite tenerte
en un fondo sin abismos. Solo para mi.
Y ese secreto inconfesable será muerto en mis párpados
para no caer en el olvido de mi propia miseria.
Allá donde queda los sueños borrados por el dolor
estarás para mi en una silueta de mil encantos.
Con una danza solo para mis oidos
y solo para tus silencios.


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